Injerto capilar

El cabello es muy importante desde el punto de vista estético, y perderlo supone para la mayoría de los hombres y un pequeño porcentaje de mujeres un problema bastante grave.

Todos perdemos entre 70 y 100 cabellos al día porque esta fase forma parte del proceso del cabello: crece (fase anágena), deja de crecer y cae (fase telógena). Cuando esa caída es mayor de lo normal podemos encontrarnos ante un caso de alopecia. Por tanto, la calvicie es la pérdida anormal del pelo.

El 95% de todos los casos de calvicie tienen su origen en los genes, aunque los expertos avisan de que no siempre el que tu padre o tu abuelo sean calvos significa que tú lo vayas a ser también.

Contribuyen otros muchos elementos, que a veces se combinan, como problemas hormonales, déficits alimenticios, estrés, embarazos, medicamentos o enfermedades como la diabetes y el lupus.

-La calvicie común o androgenética es aquella que está relacionada con factores genéticos y hormonales. Su evolución es parecida en los 9 de cada 10 hombres que la padecen. El cabello comienza a clarear por las sienes, entradas y coronilla. El caso de las mujeres es diferente. La sufren 4 de cada 10 y suele aparecer con una pérdida de densidad en la parte superior de la cabeza durante la menopausia.

-La calvicie aerata se desencadena por un problema en el sistema inmunológico. Afecta por igual a hombres, mujeres y niños provocando la despoblación de cabello en áreas circulares que puede ser temporal o permanente.

-La calvicie difusa suele aparecer como síntoma de algún tipo de trastorno y se manifiesta con la pérdida de pelo en zonas concretas.

-La calvicie cicatrizal puede deberse a un defecto de desarrollo, a enfermedades del cabello como la foliculitis o a otro tipo de factores físicos, químicos o térmicos: traumatismos, radioterapia, accidentes, etc.

-La calvicie fribrosante afecta especialmente a las mujeres que superan los 50 años y consiste en la pérdida gradual de cabello en la parte frontal.

El número de mujeres que sufren alopecia se ha incrementado en los últimos años. Los cambios hormonales tras el parto y la menopausia, el estrés y los trastornos alimenticios juegan un papel fundamental.

Si bien los hombres pueden llegar a considerar su calvicie como un problema con el que pueden convivir, en el caso de las mujeres la pérdida de cabello supone una preocupación mucho mayor, puesto que no se ve como algo normal.

En la alopecia femenina el patrón de caída es diferente a la masculina. Se trata de una pérdida gradual de espesor en el cabello, que se vuelve más débil y escaso en grandes zonas.

Hay una serie de mitos sobre el cabello que se han transmitido como ciertos pero que no todos lo son. ¿Tú también crees que cortar por lo sano es la mejor solución? No te pierdas esta lista.

-Si tu padre es calvo tú también lo serás. Es falso: si bien es cierto que la cuestión genética tiene un papel fundamental en la aparición de la calvicie, la historia no siempre se repite.

-El pelo se cae más en otoño. Es cierto: aunque hemos de buscar el origen en la primavera, que es cuando debido a la regeneración natural del cabello su crecimiento se estanca para pasar a caerse meses después.

-Cortarse el pelo frena la caída. Es falso: podríamos añadir que es rotundamente falso, a pesar de que muchos acuden a este ‘remedio’ para evitar la calvicie. Cortar el pelo puede dar la apariencia de mayor cantidad porque el tallo capilar es más ancho que la punta, pero sólo eso.

-La alimentación influye en el cabello. Es cierto: de hecho, los trastornos alimenticios pueden ser una causa de caída, como también lo pueden ser determinados medicamentos. Añadimos la mala influencia que el tabaco y el alcohol tienen para el pelo.

-Lavarse mucho el cabello favorece su caída. Es falso: la alopecia se produce en la raíz del folículo (a 5 milímetros debajo de la piel del cuero cabelludo). Ningún champú ni la mayor frecuencia en los lavados hace que se caiga el pelo.

-El exceso de grasa influye en la calvicie. Es cierto: puede impedir el desarrollo normal del folículo del pelo y, por tanto, sí puede ser una razón que se puede combatir.

-Los secadores y tintes deberían estar prohibidos. Es falso: al menos su uso no afecta a la caída del cabello. Sí pueden conseguir debilitarlo o que se vea más frágil y apagado.

-El estrés hará que veas más pelos en tu cepillo y tu almohada. Es cierto: la ansiedad, el estrés emocional y los periodos de profundo nerviosismo pueden influir muy negativamente en tu cabello.

-La calvicie no tiene solución. Es falso: si has llegado hasta aquí y verte sin pelo te supone un trauma o te deprime no todo está perdido. Los diversos tratamientos que realizamos en Clínicas Be pueden conseguir que lo cambies.

El injerto capilar (o microinjerto capilar) mediante las técnicas FUE y FUSS ha demostrado ser la mejor forma de luchar contra la calvicie, y ya hay muchos estudios que proponen incluso el implante capilar con células madre como un método revolucionario. Tendremos que esperar a que se avance en este sentido.

Sin embargo, la alopecia es un problema tan extendido a lo largo del mundo que han aparecido tratamientos que prometen algo que no pueden cumplir.

Los masajes capilares, los champús anticaída (pueden ayudar a evitar el exceso de grasa pero no son la solución), las ampollas o la estimulación láser son algunos de estos ‘remedios engañosos’ que no cuentan con ninguna garantía comprobada para solucionar la calvicie.

Los expertos de Clínicas Be saben que cualquier solución pasa primero por estudiar la razón de la calvicie para poder elegir el mejor tratamiento.

No dudes en consultarnos. Es fundamental elegir siempre al mejor equipo de profesionales y una clínica autorizada para realizar un trasplante capilar.